Publicado por INSPIRA, 20 de mayo de 2022
Puede parecer trivial, pero una pequeña conversación puede allanar el camino para una conexión más profunda con nosotros mismos y con los demás. Nuestros expertos explican por qué las conversaciones triviales son importantes para nuestro bienestar.
Es demasiado fácil descartar las conversaciones triviales como superficiales cuando, de hecho, son una parte esencial de la comunicación diaria que puede agregar valor real a nuestras relaciones. Incluso, las conversaciones triviales pueden ser extremadamente útiles, como una forma de compartir nuestras experiencias y conectarnos.
Normalmente, desde las primeras citas hasta los eventos de negocios y la reunión con un amigo(a) después de un largo día de trabajo, las conversaciones triviales son una forma de evaluar nuestro estado de ánimo, evaluar cómo están los demás y, lo que es más importante, cómo reaccionan ante nosotros. Y dado a que gran parte de la comunicación es no verbal, también nos ayuda a recoger pistas no verbales desde el primer punto de contacto.
Entonces, ¿por qué son tan importante las pequeñas conversaciones? Podríamos pensar que es solo una conversación educada, por cortesía, pero, en realidad, la comunicación trivial es parte de cómo descubrimos inconscientemente la situación en la que nos encontramos con nosotros mismos y con los demás.
Conectando con el mundo
Una charla trivial puede ayudar a nuestra confianza cuando más la necesitamos. Para la mayoría de nosotros es difícil moverse con facilidad en aguas sociales y tener una conversación o diálogo repentino realmente nos ayuda.
Trabajando bajo la premisa de que las conversaciones triviales, por su naturaleza, se basan en cosas superficiales, ¡como el clima! – Podemos empezar desde allí. Incluso, con tan solo ofrecer nuestro nombre creamos un intercambio de apertura que inevitablemente conducirá a una respuesta.
Entonces ¿Qué sigue? Usar algún contexto relacionado con por qué ambos estámos allí puede ayudar. "¿Tuviste que viajar lejos?" "¿Cómo conoces al anfitrión?" Si la ocasión está relacionada con el trabajo, puedes preguntar: "¿Eres también periodista/contable/maestro?' Si es más social, podrías comentar sobre alguna prenda de vestir o una joya que la persona lleve puesta.
Escuchar, mostrar interés y hacer preguntas son habilidades que podemos practicar, recordando que la otra persona también puede sentirse insegura.
Estas sutilezas sociales, que en su esencia son muy simples, tienen un valor real para ayudarnos a fomentar nuestras relaciones; son tan útiles con aquellos que conocemos bien como con aquellos que acabamos de conocer.
Este tipo de interacción nos pone de buen humor en gran parte porque nos ayuda a sentirnos conectados con otra gente, y eso es algo que es realmente importante para los seres humano.
En el trabajo
Las charlas superficiales no solo contribuyen a hacernos sentir más cómodos(as) en el ámbito personal, sino que nos permiten crecer y afianzarnos en el entorno laboral.
Eso está vinculado a la idea de que uno tiene acceso a más tipos de información: si hablas con gente de distintos departamentos de tu compañía, puede que aprendas un poco más y organices las cosas de forma diferente —así como las normas sobre lo que es aceptable y lo que no—.
En el hogar
Es posible que algunas de nuestras conversaciones más desafiantes sean con las personas más cercanas a nosotros pero las comunicaciones triviales también pueden tener el valor de mantener las líneas de comunicación abiertas el tiempo suficiente como para abordar otros temas más complejos.
Si bien podemos disfrutar de esas intensas conversaciones nocturnas o íntimas que disfrutamos con las personas cercanas a nosotros, muchas de ellas se vuelven posibles debido a un poco de juego previo verbal para facilitarnos la conversación. Ya sea para pasar el tiempo del día, verificar cómo está alguien o crear oportunidades de participación, el valor de las conversaciones triviales nunca debe descartarse.
Consejos para entablar conversaciones triviales...
Lo primero que hay que recordar es que depende de uno iniciar una conversación. No puedes esperar que alguien te hable. Tienes que ser tú el que está dispuesto a asumir el riesgo. La clave es mostrar interés de forma tal que la otra persona te dé una respuesta real.
Debes evitar sobre todo el tipo de preguntas que matan la conversación. En situaciones en las que no conozcas realmente a la persona, asegurate de hacer preguntas abiertas que requieran más de una palabra como respuesta.
Otra recomendación de nuestros expertos es que no compitas cuando conversas, algo que muchos hacemos sin siquiera percatarnos. Ejemplo, si alguien te cuenta lo mal que se ha sentido esta semana, no le respondas que para ti fue peor. Es mucho mejor responder: "Siento que haya sido tan difícil para ti. Ya ¿puedes ver la luz al final del túnel?
Estas son todas reglas muy simples que podemos poner en práctica para conectar más fácilmente con la gente que nos rodea, y, al fin y al cabo, sentirnos mejor.
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