Ciertas personas o situaciones de la vida pueden provocar que no sintamos mal con nosotros mismos o que recurramos a comportamiento que son autodestructivos. Saber identificar las influencias tóxicas en nuestra vida, nos permite establecer límites saludables, mejorando así nuestra salud física y mental.
A continuación les compartimos algunos rasgos que según nuestros expertos definen a las personas tóxicas:
Manipulador(a): Las personas tóxicas suelen ser hábiles en técnicas de manipulación. Pueden actuar como si realmente estuviesen interesada en usted y su bienestar, pero con el tiempo suelen utilizar ese conocimiento que tienen suyo para convencerlo a hacer lo que ellos quieren. A menudo tergiversando sus palabras para hacerlo sentirse culpable y así lograr salirse con la suya.
Lo hace sentirse mal consigo: La forma más directa en que una persona tóxica logra esto es por medio de insultos, no obstante, suele recurrir a métodos más sutiles, atacando directamente su autoestima. En los momentos en que se siente feliz y orgulloso de sí, encontrará formas de restarle importancia a sus logros. También puede encontrar la manera de hacerse parecer más inteligente que usted para hacerlo sentir tonto o insignificante
Sumamente crítico: Todo el mundo puede ser crítico de otra persona, pero una persona tóxica será crítico de usted en todo momento. Verá las cosas siempre blanco y negro, por lo cual criticará todo con lo que no está de acuerdo, en lugar de considerar las circunstancias y sus sentimientos.
Negativo ante todo: Este tipo de personas verá lo malo en todo por lo que no haya alegría en nada. Estar cerca de alguien así todo el tiempo puede imposibilitar su habilidad para disfrutar las cosas y mantenerse positivo. En ese caso, vale la pena conversar con la persona para determinar si tal vez la persona necesita ayuda para superar la depresión o si está siendo realmente tóxico con usted.
Agresivo-pasivo: Esto comportamiento suele ser común entre las personas que expresan su descontento ser tener una conversación real sobre sus problemas. Este tipo de hostilidad puede manifestarse de varias formas, incluyendo: comentarios sarcásticos, saboteando los esfuerzos de otras personas, haciendo o no haciendo algo a propósito con el fin de alterar el estado emocional de la otra persona.
Egoísta: Una persona tóxica se preocupa solo de sí y de su bienestar. No piensa en cómo sus acciones afectan a los demás. Se enfoca en conseguir lo que quiere y es poco probable que ceda o considere el punto de vista de otra persona.
Presenta dificultad para manejar su ira: Una persona que tenga problemas manejando su ira, lo hará sentir inseguro cada vez que esté cerca pues lo más mínimo puede provocarle un ataque de rabia. Lo usual es que mientras se encuentre en ese estado mental, recurrirá a decirle cosas desagradables e hirientes. Quizás le pida disculpas al día siguiente pero a menudo sus disculpas son poco sinceras ya que procederá a repetir su comportamiento poco después
Controlador: Uno de los rasgos más peligrosos de una persona tóxica es como suele intentar controlar a los demás. Esta persona puede llegar a restringir su contacto con amigos y seres queridos o limitar sus recursos como su acceso a transporte o dinero para restringir su capacidad para interactuar con otras personas.
Si usted se encuentra en una relación tóxica, si una persona está abusando física o mentalmente de usted, si se siente que su autoestima y estado de ánimo se están viendo afectados a raíz de su relación con otra persona, ya sea: familiar, amigo, jefe, compañero de trabajo o conocido, hable con un profesional de la salud mental.