Por INSPIRA, 6 de octubre de 2020
Aunque permanezca el estigma en nuestra sociedad, lo cierto es que las condiciones mentales afectan gran parte de la población mundial. Estas son las 5 condiciones mentales más comunes en Puerto Rico:
1. Trastorno de Ansiedad:
Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:
Trastorno de ansiedad generalizada: Las personas con este trastorno se preocupan por problemas comunes cómo: la salud, el dinero, el trabajo y la familia. Y aunque estas son todas situaciones que normalmente nos preocupan a todos, personas con esta condición pueden experimentar niveles altos y excesivos de preocupación, todos los días, por un periodo no menor de 6 meses.
Trastorno de pánico: Personas con esta condición sufren ataques de pánico. Estos son repentinos y repetidos momentos donde la persona experimenta un miedo intenso sin haber un peligro aparente. Los ataques se producen rápidamente y pueden duran varios minutos o más.
Fobias: Las personas con esta condición sienten un miedo intenso hacia algo que presenta poco o ningún peligro. Su miedo puede ser hacia algún animal o insecto particular (e.g. arañas o ratones), volar, permanecer en espacios pequeños o cerrados, ir a lugares concurridos o enfrentarse a situaciones sociales (reuniones familiares).
¿Quién está en riesgo?
Existen varios factores de riesgo generales para todos los tipos de ansiedad. Entre ellos:
Ciertos rasgos de personalidad, como ser tímido o retraído cuando se enfrenta a situaciones nuevas o conoce personas nuevas
Eventos traumáticos durante la infancia, adolescencia o la edad adulta
Antecedentes familiares de ansiedad u otros trastornos mentales
Algunas afecciones de salud física, como problemas de tiroides o arritmia
2. Trastorno de Depresión:
La palabra depresión se utiliza para referirse a cualquier trastorno depresivo. Algunos tipos de trastornos depresivos son:
Trastorno depresivo mayor: Los pacientes tienen un aspecto triste, con ojos llorosos, ceño fruncido, comisuras de la boca hacia abajo, postura decaída, escaso contacto visual, ausencia de expresión facial, pocos movimientos corporales y cambios en el habla (p. ej., voz baja, falta de prosodia, uso de monosílabos). En algunos pacientes, el estado de ánimo depresivo es tan profundo que se vuelven incapaces de expresar las emociones habituales
Trastorno depresivo persistente: Los síntomas depresivos que persisten durante más de dos años sin cesar se clasifican como trastorno depresivo persistente
Trastorno disfórico premenstrual: Implica síntomas de ánimo y ansiedad que están claramente relacionados con el ciclo menstrual, con inicio en la fase premenstrual y un intervalo libre de síntomas después de la menstruación. Los síntomas deben estar presentes durante la mayoría de los ciclos menstruales durante el pasado año.
Depresión postparto: Es una depresión de moderada a intensa en una mujer después de que ha dado a luz y se puede presentar poco después del parto o hasta un año más tarde. La mayor parte del tiempo ocurre dentro de los primeros tres meses después del parto.
¿Quién está en riesgo?
Diferentes circunstancias pueden ayudar a desencadenar la depresión. Los principales factores que aumentan el riesgo de caer en una depresión son:
Haber sufrido algún episodio depresivo antes
Tener antecedentes familiares de este trastorno
La pérdida de seres queridos
La soledad
Estrés continuo
Tener problemas para relacionarse con los demás
Situaciones conflictivas (por ejemplo en el trabajo u hogar)
Haber sufrido traumas físicos o psicológicos (maltrato físico, abuso sexual)
Padecer una enfermedad física seria o problemas crónicos de salud
El consumo de algunos medicamentos (puede consultarlo con su médico)
Abusar del alcohol o consumir otras drogas
Tras el parto, algunas mujeres son más vulnerables a la depresión. Los cambios hormonales y físicos junto con las nuevas responsabilidades con el recién nacido pueden ser difíciles de asumir
Tener una personalidad con alguna cualidad extrema (inseguridad, dependencia, hipocondría, perfeccionismo, autoexigencia) predispone a padecer depresiones
3. Desórdenes Alimenticios
Los trastornos alimenticios son manifestaciones extremas de una variedad de preocupaciones por el peso y la comida experimentados por mujeres y hombres. Estos incluyen:
La anorexia nerviosa: Se caracteriza principalmente por el acto de auto-negarse comida lo que ocasiona una pérdida de peso excesiva. Se deriva principalmente de un miedo intenso hacia el aumento de peso y la obesidad, una imagen corporal distorsionada y una preocupación extrema por el peso y la figura.
La bulimia nerviosa: Se caracteriza principalmente por periodos en los cuales uno come demasiado (atascarse), seguidos por purgas. Los síntomas incluyen purgarse rápido después de ingerir alimento, ya sea: por vómito auto-inducido, utilización de laxantes, pastillas de dieta, diuréticos, ejercicio excesivo o ayunos.
El comer compulsivamente: Se caracteriza principalmente por periodos de voracidad impulsiva o el comer sin parar. No hay purgas pero sí ayunos esporádicos o dietas repetitivas. El peso puede variar de normal a discreto, moderado o a obesidad severa.
¿Quién está en riesgo?
Los trastornos alimenticios pueden desarrollarse a través de la combinación de condiciones psicológicas, interpersonales y sociales. Incluye:
Sentimientos inadecuados, depresión, ansiedad, soledad, así como problemas familiares y de relaciones personales
La idealización excesiva de nuestra cultura por la delgadez y el “cuerpo perfecto”
4. Trastornos de la personalidad:
Un trastorno de personalidad es un tipo de trastorno mental en el cual tienes un patrón de pensamiento, desempeño y comportamiento marcado y poco saludable. Los tipos de trastornos de la personalidad se dividen en tres grupos:
Trastornos de la personalidad del grupo A: Este grupo se caracterizan por pensamientos o comportamientos excéntricos o extraños. Incluyen el trastorno paranoide de la personalidad (i.e. desconfianza y sospecha generalizadas hacia los demás y sus motivos), trastorno esquizoide de la personalidad (i.e. falta de interés en las relaciones sociales o personales; preferencia por la soledad) y trastorno esquizotípico de la personalidad (i.e. experiencias perceptivas extrañas, tales como escuchar que alguien susurra tu nombre).
Trastornos de la personalidad del grupo B: Se caracterizan por pensamientos o comportamientos dramáticos, excesivamente emotivos o impredecibles. Incluyen el trastorno de personalidad antisocial (i.e. indiferencia hacia las necesidades o los sentimientos de los demás), trastorno límite de la personalidad (i.e. conducta impulsiva y riesgosa; cambios en el estado de ánimo, como ataques de ira) el trastorno histriónico de la personalidad (i.e. emociones poco profundas que cambian rápidamente) y trastorno narcisista de la personalidad (i.e creencia de que ser especial y más importante que los demás).
Trastornos de la personalidad del grupo C: Se caracterizan por pensamientos o comportamientos de ansiedad o temor. Incluyen el trastorno de la personalidad por evitación (i.e. sensibilidad excesiva a las críticas y al rechazo), el trastorno de la personalidad dependiente (i.e. dependencia excesiva de los demás y sentir la necesidad de que alguien te cuide) y el trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva (i.e. deseo de controlar).
¿Quién está en riesgo?
La personalidad es la combinación de pensamientos, emociones y conductas que nos hacen únicos. Es el modo en el que ves, comprendes y te relacionas con el mundo exterior, así como el modo en el que te ves a ti mismo. La personalidad se forma durante la infancia y en ella incide la interacción de lo siguiente:
Los genes. Es posible que determinados rasgos de la personalidad, mejor conocido como temperamento, se transmitan de padres a hijos mediante los genes heredados.
El entorno. Esto incluye los alrededores en los que creces, los eventos que experimentastes en ese lugar y las relaciones que desarrollas con otras personas.
5. Uso y dependencia del alcohol y drogas:
Los problemas por uso de sustancias se observan más frecuentemente asociados a ciertos problemas de salud mental, entre los que se incluyen:
Depresión
Trastornos de ansiedad
Esquizofrenia
Trastornos de la personalidad
¿Quién está en riesgo?
Una serie de circunstancias y trastornos coexistentes parece aumentar el riesgo. Por ejemplo, las personas que están tristes, con angustia emocional, o socialmente alterados pueden percibir que estos sentimientos son aliviados en forma temporaria por un medicamento; esto conduce a un mayor uso y, a veces a un trastorno por uso de sustancias. Otros factores que predisponen a los usuarios incluyen:
Ambiental: Los factores culturales y sociales
Fuentes de referencia:
National Eating Disorder Association
1 de cada 4 personas padece de una condición de salud mental. Menos del 50% recibe el tratamiento que se requiere para sobrellevarlo.
Las condiciones mentales pueden afectar nuestra forma de pensar, nuestro estado de ánimo, al igual que nuestros comportamientos y acciones. Sin embargo, hay tratamientos disponibles. No dejes que la situación empeore. Las personas con trastornos de salud mental pueden mejorar y muchas de ellas se recuperan por completo.
Si crees que tu o algún ser querido podría padecer de una condición de salud mental, la mejor acción es buscar ayuda. La terapia de conversación, y en ocasiones los medicamentos, pueden ayudarte a manejar los síntomas para que puedas funcionar mejor a diario. Si no sabes por dónde comenzar, habla con tu médico y pídele que le recomiende a un profesional de la salud mental.
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